Los beneficios de una capacitación de calidad son múltiples y variados. Por un lado, a las empresas les permite: elevar las competencias y eficiencia de la fuerza de trabajo para entregar un mejor servicio, aumentar la productividad, mejorar las relaciones entre liderazgo y colaboradores y mejorar la imagen de la organización, entre otras. Por otro lado, a los colaboradores les permite: experimentar un sentido de pertenencia y crecimiento continuo, eliminar temores o inseguridades al desarrollar sus labores, elevar sus niveles de satisfacción al realizar el trabajo y con la empresa. Todos estos beneficios, en suma, mejoran la motivación, el compromiso y el desempeño laboral. Sin embargo, la realidad es que no todas las capacitaciones entregan resultados significativos, de hecho, algunos estudios demuestran que una capacitación de “mala calidad” o mal planeada, puede no tener efecto alguno sobre la productividad. Por lo tanto, es importante considerar algunos aspectos importantes al momento de decidir por un plan de capacitación para el trabajo.
¿En qué piensas cuando “piensas en capacitación”?
Cuando pensamos en capacitación, generalmente se nos vienen a la mente procesos de cursos presenciales, online o e-learning que tienen por objetivo incrementar el conocimiento, habilidades o destrezas relacionadas a un cargo específico. Sin embargo, muchas veces nos encontramos con capacitaciones tan largas, genéricas o monótonas que se vuelven una experiencia tediosa y aburrida para los colaboradores, resultando en un nivel de “engagement” muy bajo. Una experiencia negativa de este tipo no solamente afecta el aprendizaje de los colaboradores, sino que además puede causar insatisfacción con el puesto de trabajo y con la empresa en general, generando desmotivación y deterioro del clima laboral. Por esta razón, es importante no quedarse con la primera idea que se venga a la mente, sino más bien ser minucioso al examinar la calidad y la metodología que utilizan las capacitaciones para asegurarnos de obtener resultados positivos.
Una pequeña diferencia que hace la diferencia
Existe una pequeña diferencia entre dos conceptos que es importante remarcar, ya que tienen implicancias específicas al momento de planificar una estrategia de capacitación para los colaboradores. Por un lado tenemos la capacitación para el trabajo que se refiere a la formación previa que requiere el individuo para incorporarse a una organización y desempeñar un cargo con una ocupación específica. Y por otro lado la capacitación en el trabajo se refiere a la formación que se imparte a los colaboradores que ya son parte de la organización con el fin de que aprendan las labores específicas que requiere el cargo o mejoren su desempeño laboral para ser más eficientes y productivos. Considerando estos conceptos, es importante diseñar una estrategia integral de capacitación que incluya tanto las de tipo pre-selección, inducción y perfeccionamiento. En otras palabras, para que un colaborador experimente un crecimiento sustancial y encaje perfectamente con los requisitos del cargo, debe experimentar el aprendizaje como un continuo, tanto antes como durante su permanencia en la organización. Además, los cursos y capacitaciones de preselección son ideales para identificar y reclutar talentos, al mismo tiempo que se les entrega una visión clara e inmediata de la cultura de aprendizaje interna de la organización.
Moderniza, agiliza y maximiza
En conclusión, para que una organización pueda obtener todos los beneficios que entrega un plan de capacitación, este debe contar con una buena planificación para ser integral, eficiente, efectivo y oportuno. Este plan debe incluir tanto capacitaciones para el trabajo como en el trabajo, para asegurar que los colaboradores encajen a la perfección con el cargo al que aterrizan. Para que esto suceda, se hace necesario entonces que la capacitación sea modernizada y adaptada al contexto y necesidad específica de cada organización, colaborador y cargo. De esta manera se agiliza tanto el proceso de integración y adaptación del colaborador como los procesos productivos internos. Finalmente, el resultado lógico es que se maximiza la obtención de los beneficios que es posible obtener de un buen programa de capacitación.
Frente a esta necesidad tan específica, han surgido nuevas metodologías y tecnologías de educación y entrenamiento con resultados de aprendizaje efectivo, que han sido estudiadas y validadas por diversos centros de investigación y universidades. Estas metodologías tales como el microlearning, la gamification y el mobile learning, son lo último en innovación educativa y Nivelat ha creado un sistema de capacitación que las incorpora de forma armónica e integral para obtener todos su beneficios y resultados. La gracia de la plataforma Nivelat es que es ajustable a cualquier rubro, contenido y necesidad específica del colaborador y cargo, por lo cual es 100% adaptable. Además, el sistema detecta de forma inteligente el progreso y nivel de aprendizaje de cada usuario, entregando contenidos de forma personalizada, como si fuera un entrenador personal. Por esta razón, ya son muchos los que han confiado en esta plataforma y cada día son más los que se unen a esta revolución de la capacitación que hace crecer tanto a sus colaboradores como a su organización.
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