Todo buen líder de una organización sabe que, para abordar una necesidad interna de crecimiento se debe evaluar una inversión proporcional, la cual debe ser capaz de demostrar un retorno positivo. También es sabido que la capacitación de los colaboradores es el medio para mejorar el desempeño laboral y, en consecuencia, esto mejorará la productividad. Por lo tanto, invertir en capacitación parece razonable y muchas veces se hace a ojos cerrados aunque no se sepa medir los retornos. Sin embargo, no es tan sencillo como parece y existen muchas razones que ponen en tela de juicio la verdadera efectividad de algunos sistemas de capacitaciones. De hecho, han habido estudios que demuestran que, bajo ciertas condiciones, la capacitación podría no tener efecto alguno en la productividad, lo cual se atribuye principalmente a una mala calidad y ejecución. Es necesario, entonces, no solo definir un método para estimar el ROI, sino que implementar sistemas de capacitación que aseguren un ROI positivo.
ROI de capacitación ¿Un concepto abstracto?
Si una empresa necesita hacer recortes de presupuesto, las primeras áreas que deben temblar son las que no sean capaces de demostrar un ROI positivo, es así de simple. Pero, ¿es realmente posible estimar un ROI en capacitación? Todo buen líder estaría de acuerdo con que el ROI de capacitación es importante, pero son pocos los que realmente lo intentan medir, ya que se desconocen los indicadores que deberían ser evaluados. Entonces, se vuelve un concepto “abstracto” que todos saben que existe, pero no se sabe aterrizar en papel. Finalmente, se invierte en sistemas de capacitación que “parecen” buenos y se confía a ojos cerrados que tendrán un efecto positivo. Pero la realidad es que esto podría tener repercusiones complejas, ya que un mal sistema, no solo será pérdida de recursos y oportunidades de crecimiento, sino que podría incluso ser perjudicial a la motivación, el compromiso y el clima laboral de la organización.
La capacitación no es un fin, es un medio.
Para llegar al fondo de esta situación, debemos llevar esta reflexión a un nivel un poco más profundo, haciendo un análisis “a la inversa”. El objetivo principal de la capacitación, es ver un crecimiento en el desarrollo profesional de los colaboradores. La razón que hay detrás de esto, es que se espera una mejora en el desempeño laboral. Y un óptimo desempeño laboral es necesario para mejorar los flujos de trabajo, la eficiencia y efectividad. Toda esta cadena de sucesos debería, en consecuencia, mejorar la productividad a nivel general pero también específico de forma medible. Finalmente, necesitamos la productividad para hacer crecer nuestra empresa y posicionarnos competitivamente en el mercado. Este análisis nos lleva a entender que todo este proceso es un efecto dominó que comienza con un primer pequeño impulso llamado capacitación. Por lo tanto, es importante decidir sabiamente cómo será realizado ese primer impulso para que la pila de dominó logre caer de forma ordenada hasta la última y más grande pieza, generando un gran impacto en la empresa.
Los indicadores que realmente importan
En este contexto, es importante que la empresa tenga claridad de sus metas y objetivos, para luego centrarse en definir indicadores medibles y analizables que reflejen esas metas. La clave está en utilizar analíticas específicas definidas por los encargados de cada área, que puedan ser medidas antes y después de las capacitaciones para medir la evolución. Una vez definidos estos indicadores, se deben analizar para detectar las necesidades de capacitación que tengan los colaboradores de esas áreas. De esta forma, la capacitación estará directamente conectada con esa necesidad específica y, en consecuencia, debería tener un impacto directo en el indicador. Por ejemplo, definir algunos KPIs de negocio que puedan ser medidos, identificar las habilidades y conocimientos directamente relacionados con esos resultados e implementar capacitaciones de calidad y específicas. Finalmente, solo habrá que medir y comparar para evaluar la evolución que tuvieron esos KPIs, antes, durante y después de un tiempo de realizadas las capacitaciones. El resultado será el ROI estimado.
La recomendación Nivelat
A este complejo tema, se le agrega el hecho de que existen muchas capacitaciones que no entregan formas de medir el progreso, el nivel de aprendizaje ni las puntuaciones que logran los colaboradores. Por eso, lo que hacen algunas empresas es simplemente medir “asistencia u horas de capacitación”, sin poder enterarse de si los colaboradores están realmente aprendiendo. Frente a este dilema, la recomendación es aprovechar las innovaciones educativas que traen tecnologías y metodologías que han surgido para conseguir un aprendizaje efectivo. Nivelat, por su parte, se especializa en estructurar sistemas de capacitación personalizados, con métodos avanzados de aprendizaje y que permiten a los líderes tener un control en tiempo real de los progresos y niveles de aprendizaje que sus colaboradores han alcanzado. De esta manera, es posible realizar comparaciones entre indicadores de aprendizaje con indicadores de negocio, para conocer el ROI de forma más exacta.
Nivelat incorpora una serie de metodologías para generar aprendizaje efectivo y las fusiona para crear un sistema que funciona como un “todo coherente integral”. La gamificación, el Microlearning, el Mobile Learning, Spaced Repetition y Adaptive Learning, son algunos métodos innovadores en educación que están revolucionando las capacitaciones en todo el mundo. La principal gracia de estos métodos es que han sido estudiados científicamente para comprobar sus resultados en el aprendizaje y son capaces de impactar positivamente en aspectos tales cómo:
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Aprendizaje y retención de contenidos
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Engagement y compromiso
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Motivación y clima laboral
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Cultura de aprendizaje
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Retención de talento
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Creatividad e iniciativa
Una estrategia de detección de necesidades de capacitación, sumado a la implementación de sistemas avanzados cómo Nivelat, hará que el programa de capacitación esté plenamente conectado con los objetivos y metas de la organización. De esta forma, la capacitación tendrá un impacto indudable en el desarrollo de tus colaboradores, lo cual en consecuencia, se reflejará en indicadores que demuestran un aumento en el desempeño y la productividad general, asegurando un ROI positivo.