¿Colaboradores, trabajadores o empleados? Una reflexión con altura de miras

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sep, 01, 2021

En las empresas y organizaciones modernas, cada vez es más frecuente encontrar que se refieren a “colaboradores” en lugar de “trabajadores o empleados”; al igual que “líderes” en vez de “jefes”. ¿Lo has escuchado? Este cambio conceptual, aunque parece un eufemismo polémico, en realidad es muy interesante de analizar, no solo por su significado e implicancias prácticas en la organización, sino por las diversas posturas y opiniones que han surgido. Es frecuente encontrar diversas opiniones que difieren respecto a si es correcto utilizar estos nuevos conceptos. Por un lado, hay quienes ven el término como algo “mal intencionado”, que está alejado de la realidad y se presta para confusión. Mientras que por otro lado hay quienes piensan que, más allá del conflicto conceptual, puede ser visto como una mejora en la forma de entender al equipo de trabajo, la organización y las relaciones laborales. En este artículo, reflexionemos al respecto.

 

¿Un término irreal y confuso?

Tal como mencionamos, hay algunos detractores que postulan que el término es irreal, confuso y molesto, porque no muestra la realidad en perjuicio del trabajador. En otras palabras, se presenta a los trabajadores como si fueran miembros de una organización, sin diferencias unos con otros, miembros de una "gran familia" en donde todos colaboran y comparten condiciones. Esto, según sus detractores, minimiza los conflictos que pueden haber en las relaciones laborales y esconde la realidad de las diferencias, subordinación, dependencia, asimetría o, en algunos caso, explotación. Así mismo, desde el punto de vista legal laboral, no estaría correcto, ya que existen muchas diferencias entre los conceptos trabajador y colaborador según la ley.

 

¿Existe un verdadero conflicto conceptual?

Lo que encontramos en los diccionarios es que un “trabajador” es una persona que realiza un trabajo retribuido (a cambio de un salario), mientras que un “colaborador” sería una persona que colabora o participa con otros en la consecución de un trabajo y logro de una meta común. ¡Esto es muy interesante! Si nos fijamos en estas definiciones, vemos que en realidad no existe conflicto alguno entre ellas, ya que no son mutuamente excluyentes, sino que apuntan a aspectos diferentes. En otras palabras: un trabajador y un colaborador podrían ser la misma persona, mirada desde dos puntos de vista diferentes.

 

¿En la práctica, cuál es la diferencia?

Analicémoslo de la siguiente forma: si una persona se considera a sí misma como un empleado o trabajador, entenderá su propósito como hacer un trabajo lo suficientemente bueno para a fin de mes recibir un salario. Por otro lado, el concepto de colaborador abarca mucho más, ya que incluye un sentido de pertenencia, compromiso, creer en la cultura y valores de la organización en que trabaja, lo cual genera una motivación más completa. Esto, naturalmente traería mejoras significativas al trabajo en equipo, el desempeño, el clima laboral y la productividad; no es de extrañar que hoy en día muchas empresas modernas hayan incorporado el concepto en su lenguaje habitual... Sin embargo, como dice el dicho “del dicho al hecho, hay un gran trecho”.

 

No son solo palabras bonitas

Aunque el concepto de colaborador es interesante y deseado por muchas empresas, no todo puede quedarse en “palabras bonitas”, ya que una inconsistencia o contradicción entre el lenguaje y la naturaleza real de las relaciones laborales podría generar un desánimo o frustración mayor. En el fondo, más importante que la forma en que se les llame, es importante la forma en que se les hace sentir. Un trabajador que cree en la organización y sus valores, está comprometido con el cargo y las metas, se siente agradecido y cómodo con el ambiente laboral y desarrollo profesional que está recibiendo, no es un simple empleado, es un colaborador, un miembro del equipo y familia organizacional, independiente de la forma en que se le llame.

 

El rol del liderazgo

Un trabajador se convierte en colaborador cuando se desenvuelve en un lugar que le entrega valor, pertenencia y reúne las condiciones necesarias para su crecimiento, desarrollo profesional, y empoderamiento en su cargo con desafío y reconocimiento de logros. Lograr esta transformación de trabajadores a colaboradores es, sin lugar a dudas, un win-win absoluto, tanto para la organización como para los colaboradores y liderazgo.

Por consiguiente, este no es un cambio que ocurra de la noche a la mañana por simplemente cambiar la forma en que nos dirigimos a los colaboradores. Más bien, es un desarrollo progresivo que se da con el tiempo e involucra a toda la organización. Por eso, es importante tomar iniciativas concretas para comenzar a sentar las bases en temas como: liderazgo transformacional, desarrollar una cultura de aprendizaje, clima laboral y retención de talento.

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