La capacitación, como debes saber, querida persona que nos lees en este preciso instante, es una herramienta muy interesante a la hora de potenciar el crecimiento de los colaboradores, maximizar la innovación al interior de las empresas y abrirle la puerta a un sinfín de mejoras.
Sin embargo, a pesar de que todos tenemos muy claro sus beneficios e importancia, nos estamos enfrentando a un problema que va más allá: los formatos de capacitación. Un paso clave a la hora de crear estos espacios de entrenamiento corporativo es entender a quién estamos capacitando y por qué. Al considerar estos dos factores puedes poner a disposición de tus trabajadores material que no solo es relevante sino que también los motiva (¡y no los aburre!).
En el blog de la semana te ayudaremos a repasar la importancia de la capacitación, cómo innovar y medir su impacto y de qué manera sirve para impulsar el crecimiento empresarial. Prepárate un cafecito y sigue leyendo.
La capacitación es, en términos básicos, una actividad que involucra aprendizaje y que busca que los colaboradores aprendan algo. La meta aquí es que mejoren una cierta habilidad o que consigan una aptitud nueva incluso.
La importancia radica en que al capacitar se puede mejorar el desempeño laboral pero también el clima y la motivación. Piensa: si tu empresa y líderes te ayudan a mejorar, te dan herramientas para que sigas creciendo y además tienes el espacio de aprender algo que antes no ¿no te sentirías increíble con esa motivación y oportunidad? Si aún no te convence, puedes leer acá una lista de 15 beneficios por los que vale la pena usar parte de tu presupuesto, y el presupuesto de SENCE, para comenzar a capacitar.
El mundo avanza rápidamente y se han desarrollado nuevas tecnologías y metodologías efectivas en todos los rubros. Sin embargo, es curioso ver que en algunas organizaciones los programas de capacitación se encuentran como “congelados en el tiempo”. La base de la innovación, y la única forma de ir a la par con las nuevas tecnologías y formas de trabajar es digitalizar el proceso.
Pero no te preocupes, si aún no comienzas a innovar en este sentido, solo significa que aún tienes oportunidades valiosas y sencillas de implementar para conseguir beneficios casi inmediatos. Puedes seguir leyendo acá sobre 5 innovaciones educativas que llegaron para quedarse.
La detección de necesidades de capacitación DNC, o TNA por sus siglas en inglés (Training Needs Analysis), es un proceso formal para la identificación de las necesidades de formación y capacitación en una organización, con el fin de mejorar el desempeño laboral de los colaboradores. La diferencia detectada entre el nivel real de desempeño laboral y el nivel esperado de desempeño, indica la necesidad de capacitación de los colaboradores.
Un análisis DNC exitoso permitirá definir quiénes necesitan capacitación, qué tipo de capacitación y con qué frecuencia. Es decir, “un reporte de DNC debe expresar en qué, a quién (es), cuánto y cuándo capacitar.”
Sigue leyendo acá cómo planificar de manera estratégica tus ciclos de formación y capacitación.
Dar espacio para la capacitación continua es el paso inicial para generar un ambiente y cultura de aprendizaje. Esto beneficia tanto a los profesionales como a las organizaciones, entregándoles las herramientas necesarias para que mejoren la calidad de su trabajo y sean agentes de cambio. Si actualmente te desempeñas en un área de capacitación y/o de personas, la mejor forma de impulsar el crecimiento es a través de entrenamiento corporativo. Pero ojo: no cualquier entrenamiento. Es necesario que sea:
Relevante para el cargo del colaborador.
Relevante para el conocimiento que ya tiene.
Relevante para el tiempo que dispone.
Relevante para la forma en la que aprende.
¿Ya adivinaste que la palabra relevancia es la clave aquí, verdad? Puedes seguir leyendo acá 5 consideraciones claves a la hora de crear oportunidades de capacitación con miras al crecimiento de la empresa.
El impacto se puede medir en base a KPIs o Key Performance Indicators. Cada organización y equipo tiene que definir aquellos que “mueven más la aguja” o que hacen más sentido según sus necesidades y metas. Sin embargo, un KPI casi transversal debido a lo común que es es el de la productividad.
Por ejemplo, en el año 2015, un estudio del Departamento de Gestión Empresarial de la Universidad de Concepción concluye que: “la capacitación no tendría un efecto significativo sobre la productividad laboral de las empresas Chilenas, lo que representaría una discordancia con gran parte de la literatura revisada previamente, donde se esperaba que la capacitación tuviese un efecto positivo y significativo en la productividad laboral”. Este mismo estudio justifica y atribuye estos resultados a diversos factores que hacen referencia a la “mala ejecución de la capacitación” e identifica necesidades tales como: Una correcta planificación y logística, funcionarios adecuados, compromiso de la jefatura, calidad del tutor y realizar evaluaciones de desempeño.
En este ejemplo, un KPI a medir sería el aumento de la productividad ligado a una digitalización y renovación del estilo de capacitación que se entrega. De hecho, cuando lo miras de esta manera, se vuelve muy interesante la cantidad enorme de experimentos que puedes hacer para encontrar la mejor forma de capacitar para tu empresa. Puedes seguir leyendo sobre el impacto de la capacitación en las organizaciones acá.
Si sientes que ya has aprendido lo suficiente sobre el tema por hoy, nos quedamos más que felices de haberte ayudado. Te invitamos a que descargues en el banner a continuación nuestro estudio sobre el Estado de la Capacitación Empresarial. Con esa data en mano podrás comenzar a construir un plan digno de aplausos y fuegos artificiales.