El término “onboarding” es tan común hoy en día que rara vez usamos su contraparte “inducción”. Probablemente porque para muchos el concepto de onboarding es más amplio e involucra una variedad mayor de actividades para realizar con nuestros nuevos colaboradores o posiblemente porque, como tantos otros términos, su equivalente en inglés nos suena mejor.
Sea cual sea la respuesta, si hoy en día buscas “onboarding” en Google vas a obtener cerca de 289.000.000 resultados (en solo 0,70 segundos, como lo cuantifica el buscador). Pero la real pregunta, y la verdadera respuesta que debes estar buscando, es cómo hacer uno tan bueno que tu nueva contratación se sienta increíble y quiera quedarse mucho tiempo en tu organización.
No existe una sola respuesta. La verdad es que, si somos sinceros, hay varias aristas desde donde observar el proceso y en este blog vas a aprender cada uno de ellos. Así que afírmate (y prepárate un café) ¡Allá vamos!
(Puntos extras si reconociste el guiño de ese título a los libros de Carver y Murakami). De partida, Onboarding se refiere a un proceso particular: ese que permite que los nuevos colaboradores puedan conocer más sobre la organización, su estructura y su cultura, entre otros aspectos.
Su duración depende de las necesidades de la empresa y en general puede pasar de durar días y semanas a meses. Adicionalmente, se suele considerar que tienen fases determinadas: sigue leyendo acá para conocer las 4 fases del onboarding y cómo aplicarlas en tu empresa.
Por supuesto, eso no es todo. Con el alza del trabajo remoto e híbrido, el onboarding digital es casi tan prominente como el onboarding más “tradicional”. Algunas empresas prefieren ir 100% digital porque les ayuda a entregar una mejor experiencia y ahorrar tiempo en los procesos, mientras que otras organizaciones prefieren realizar una mezcla de ambas opciones. Sea cual sea la opción que escojas, es importante que siempre pongas al centro la experiencia de los colaboradores y su comodidad. Si quieres conocer cuáles pueden ser los principales desafíos y ganancias a los que te puedes enfrentar en un proceso digital, sigue por acá.
Obviamente, conocer de cerca qué es un onboarding, cuáles son sus fases y las formas en las que puedes implementarlo es solo el comienzo. La real pregunta acá es: ¿cómo puedo hacerlo bien? Lo bueno es que para todo existen mejores prácticas que pueden servirte de brújula.
De partida, puedes usar el método de los 4 C´s:
¿Sabías? Según nuestro estudio Pulso Onboarding los colaboradores que renuncian abruptamente a su organización lo hacen, en un 71.4% de los casos, por no sentirse parte. Sigue leyendo acá para ver en detalle cuál es la duración óptima de un onboarding según nuestro estudio.
Ahora que ya tienes eso listo, puedes concentrarte en las mejores prácticas para este proceso. De seguro según tu cultura, modelo y cargo que estás reclutando las cosas podrán cambiar, pero esto puede servirte de base para comenzar.
Encuentra dos mejores prácticas adicionales acá y comienza a implementarlas cuanto antes.
Podemos responder esta pregunta con data actualizada, gracias a uno de nuestro últimos estudios: Pulso Onboarding. Partamos revisando cuál es el impacto de un onboarding sobre la decisión de los colaboradores de permanecer en su empresa actual. Para comprobar este nexo, hicimos la siguiente pregunta: “¿Considerarías renunciar si tu onboarding fuese decepcionante?” El resultado es sorprendente y alarmante: el 49.1% se lo plantea seriamente.
Si bien esta pregunta plantea una situación hipotética, no se puede negar que alguien que piensa en renunciar es una persona que está desconectada de la empresa. Su motivación, compromiso y productividad se ven afectados por completo.
Dentro de esta situación hipotética, también quisimos medir cuánta era su tolerancia en términos de tiempo. Es decir: ¿Qué tan pronto renunciarían estos colaboradores ante un onboarding desastroso? La probabilidad de fuga durante su primer trimestre es alta, si sumamos el 38.5% que indica el primer mes y el 46.1% que considera el primer trimestre como su plazo máximo.
Además, sumado a esto, el sentido de pertenencia y sentir que realmente son parte de un lugar que los acoge también puede mejorar a través de un buen onboarding.
En general, muchas personas piensan que la retención de talento es simplemente un conjunto de prácticas y políticas adoptadas por las empresas para garantizar que sus profesionales permanezcan en ella por mucho más tiempo.
Sin embargo, esta visión tiene un sesgo, ya que deja fuera a muchos colaboradores que, por diversos motivos, pueden tener competencias y talentos ocultos que han pasado desapercibidos durante el tiempo que llevan en la empresa.
¿Qué tal te fue con toda esta información? De seguro ahora tienes una perspectiva mucho más completa sobre qué considerar para armar tu propio plan de onboarding, qué cosas debes corregir y qué experimentos puedes hacer para ver cómo impacta tu tasa de retención y más.