¿Cuáles son las mejores prácticas que existen en la actualidad para realizar el onboarding de nuestras nuevas contrataciones? La verdad es que los acercamientos pueden diferir dependiendo de qué consideras onboarding, tu industria, el tipo de perfil que contratas y si es que ya has digitalizado el proceso o no. Aun así, existen elementos que cimentan la base de un proceso que puede mejorar la productividad, la experiencia de los colaboradores y la tasa de retención. Sigue leyendo para conocerlos en profundidad. A lo largo de este blog, también te enterarás de algunos hallazgos clave de nuestro último estudio Pulso Onboarding.
El propósito principal de este proceso de inducción es lograr que los colaboradores se sientan preparados, cómodos y felices para realizar su trabajo sin problemas. Esto incluye que tengan la suficiente confianza para tomar decisiones claves de su día a día y desarrollar sus labores sin interferir en otros procesos.
Según un estudio que medía la realidad estadounidense, el 90% de los colaboradores deciden si se quedarán en su compañía actual durante sus 6 primeros meses. Si a esto le añadimos que según nuestro último reporte, #PulsoOnboarding, el 84,6% de los colaboradores renunciaría en algún punto de sus primeros 90 días si tienen una mala experiencia de inducción, la forma en la que onbordeas tiene un impacto vital en tu negocio.
Antes del primer día:
Revisar y gestionar el papeleo legal
Crear cuentas de acceso, correos electrónicos y otros.
Preparar los implementos como computadores o softwares.
Enviar un correo de bienvenida.
Enviar un kit de bienvenida.
El gran día:
Dar una bienvenida cálida, respondiendo dudas e indicando todo lo que sucederá el primer día.
Enviar guías que explican el manejo de softwares, beneficios y más.
Si no tienes guías de este estilo, crea un curso autogestionado dentro de una plataforma como Nivelat es una excelente opción y ahorra tiempo.
Agendar reuniones de presentación con cada área.
Organizar un tour virtual o físico.
Agendar check-ins semanales.
El último día: enviar una encuesta de satisfacción.
Analizar tus resultados y obtener aprendizajes para seguir mejorando.
En el gran debut de tu colaborador:
Poner en marcha el programa de mentoría.
Agendar reuniones de feedback.
Revisar que todo va acorde a los tiempos definidos en el plan.
Dar inicio al programa de buddy.
¿Sabías? En nuestro estudio Pulso Onboarding al preguntarle a los encuestados qué opción creían que podía hacer más amigable el proceso de onboarding, un 43.8% indicó que le gustaría tener un programa de buddy o compañero de inducción.
Existen diversas teorías a la hora de realizar un onboarding y una de ellas se enfoca en las 4 C’s por la letra inicial de las palabras: compliance, claridad, cultura y conexión. Acá te lo aclaramos:
Compliance: tómalo como el primer escalón. Involucra que tus nuevas contrataciones entiendan y conozcan las políticas de la empresa y todo lo relacionado a temas legales (firma del contrato y otros).
Claridad: respecto a su rol, responsabilidades y expectativas. Es importante que esto también haya quedado claro previo al envío de la carta de oferta.
Cultura: incorporarlos a la organización, asegurarse que los colaboradores se sienten parte y entienden el funcionamiento de la empresa. También es importante que entiendan cómo ellos mismos encajan como una pieza de gran importancia.
Conexión: A menudo las empresas no llegan hasta acá, pero es muy importante para crear relaciones llenas de significado que potencien el trabajo en equipo y el sentido de pertenencia. Una buena forma es presentar a nuestros nuevas contrataciones a cada equipo dentro de la empresa (siempre y cuando sea posible) y que hayan espacios más distendidos donde puedan conocerse de una forma más personal.
¿Sabías? Según nuestro estudio Pulso Onboarding los colaboradores que renuncian abruptamente a su organización lo hacen, en un 71.4% de los casos, por no sentirse parte.
De partida, hay que considerar que no basta con un onboarding. Si bien tener un proceso de inducción es mejor que no ofrecer nada, realizar un onboarding de corta duración y bajo nivel solo hiere a las organizaciones. Dos semanas a un mes es la duración óptima según nuestro estudio Pulso Onboarding.
En segundo lugar, recordar que la motivación es clave y mueve todo. ¿No haces onboarding? Baja la motivación. ¿Los trabajadores no se sienten parte Aumenta la rotación. Según nuestro estudio casi la mitad de los trabajadores se plantean renunciar ante un mal onboarding: allí está la receta para mejorar el indicador: recibirlos como corresponde.
Finalmente, que la empatía y la digitalización lideren tu estrategia. Lo que buscan los colaboradores son programas que los ayuden a incorporarse, sin presiones y de la mejor forma, y que también hagan uso de las nuevas tecnologías. Si no las usas, pierdes.