Te contamos qué es el feedback y cómo puedes dar un feedback efectivo a los miembros de tu equipo de trabajo.
El feedback en el ambiente laboral es una herramienta poderosa. Si se ofrece de forma adecuada, tiene la capacidad de hacer crecer y desarrollar a los colaboradores de una organización, al tiempo que mejora los niveles de confianza y comunicación y fortalece los vínculos.
El feedback, o retroalimentación, incluye cualquier información que se intercambie con personal y que analice su desempeño, habilidades o capacidades de trabajo desde el punto de vista de habilidades blandas y duras.
Tradicionalmente la retroalimentación se daba de forma mucho más vertical, desde jefes a empleados. Sin embargo, en ambientes laborales modernos, el feedback es un canal de comunicación de dos vías.
Las sesiones de feedback se pueden dar y recibir en momentos de tiempo estipulados. Por ejemplo, se estipulan reuniones 1:1 semanales en las que se conversa de la jornada laboral y de los puntos de mejora o felicitaciones que sean correspondientes.
El feedback continuo es un componente clave de los equipos ágiles y orientados al desarrollo.
Al crear una cultura de feedback positiva, todos los miembros del equipo pueden establecer líneas de comunicación claras, objetivos honestos y planes de desarrollo y refinamiento ágiles. Lo que resulta clave en un lugar de trabajo feliz, saludable y de alto rendimiento.
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Los comentarios de los empleados deben estar orientados a las soluciones, ser claros y al punto.
Si se dan comentarios correctivos y generales, como "Tu trabajo debe mejorarse" o “Tienes que hacerlo mejor que eso” puede generar incomodidad y dudas con respecto a qué te refieres y qué parte de su trabajo debe mejorar.
Por eso es mejor ser específico en lo que estás buscando y ofrecer orientación sobre cómo aplicar los comentarios.
Por ejemplo: “Me di cuenta de que llegaste tarde a tus dos últimos plazos. Me gustaría trabajar contigo en la gestión de tu tiempo para garantizar que no te comprometas demasiado y completes cada una de tus tareas de manera oportuna.”
No es recomendable dar feedback público. De hecho, para algunos, incluso los elogios son mejor recibidos en privado.
La retroalimentación no solo puede ser incómoda para el receptor, también puede ser incómoda para el que la da. Al trasladar la ubicación a un área más informal y privada, puede ayudar a aliviar parte de la presión.
La forma más efectiva de dar feedback es dejar que el receptor responda a tus comentarios y permitirles hacer preguntas de seguimiento.
Una vez que el problema esté claro pueden trabajar juntos para llegar a una solución o un curso de acción.
Concentrarse en el comportamiento de un empleado (lo que hace) en lugar de enfocarse en su personalidad (cómo es) permite que sea una sesión de feedback más efectiva.
Por ejemplo, en vez de decir: “Eres muy conversador con los demás mientras trabajan”
Podrías decir: “Cuando conversas con los demás del equipo mientras están trabajando los distraes y afectas su desempeño”
Al enfocar el feedback en el comportamiento y acción se puede conducir a una mejora.
Con frecuencia, la retroalimentación de los empleados se ve como una necesidad aterradora en el trabajo.
El feedback se puede sentir como una de las partes negativas de la vida laboral de un empleado.
Sin embargo, si se cambia el paradigma y se enfoca de forma positiva, se puede derribar este mito y transformarlo en una instancia que busca potenciar el éxito de todo el personal y de la organización como un todo.