“Paren el mundo que me quiero bajar”. Quizás al igual que Mafalda, muchas veces te has sentido así al ver lo rápido que pareciera avanzar todo: los días se hacen más cortos, el dinero parece no alcanzar, los tiempos de descanso pasan en un abrir y cerrar de ojos y esa actualización de tu smartphone favorito que salió hace unos meses ya está quedando obsoleto por una nueva actualización. Son muchas las situaciones cotidianas que se pueden mencionar donde nos damos cuenta que todo avanza mucho más rápido que hace 20 años atrás. El mundo de lo instantáneo. “Scrolleas” un par de minutos en el feed de tu red social favorita y te enteras de noticias en vivo ocurriendo al otro lado del mundo. Con tan solo un click tienes comida caliente en la puerta de tu casa. Bienvenido a la nueva era digital. Donde todo es rápido. Todo es instantáneo.
Algunas personas han demonizado la era digital en la que estamos inmersos ya que se le ha atribuido la aparición de algunos aspectos negativos en la conducta del ser humano, tales como: el aislamiento social, la pérdida de identidad, la superficialidad con la que se tratan las cosas, entre otros aspectos. Pero la verdad es que lo malo no es la época en sí, ni la tecnología, ni la digitalización, sino más bien el cómo se aprovechan o se están usando esas herramientas digitales.
La era digital, o era de la información o de la informática, inició alrededor de los años 1950-1970 con la aparición de las primeras computadoras, y se extiende hasta la actualidad, por lo tanto, es una era que se viene desarrollando desde hace un buen tiempo, pero últimamente los avances han sido a pasos agigantados. Esa es una de las características de esta época, que avanza cada vez más rápido a medida que pasan los años.
Si antes lo digital era un tema que solo los más “nerds” hablaban, hoy es una realidad del día a día. Desde cosas cotidianas como el dispositivo digital que usas para leer este artículo, hasta temas más complejos como el uso de inteligencia artificial en medicina. En fin, si miramos a nuestros alrededor nos daremos cuenta que estamos inmersos en un mundo lleno de digitalización, innovación y modernización.
Así como la digitalización ha alcanzado a prácticamente todas las esferas de la vida del ser humano, este concepto también ha alcanzado a entidades relevantes para la sociedad: las empresas. Éstas han sido impactadas por la modernización digital y se han visto desafiadas a subirse sí o sí a este tren que cada vez avanza más rápido, donde no hay opción de quedarse abajo.
¿Uso de Inteligencia Artificial para la selección de personal? ¿Procesos automatizados sin intervención humana? ¿Toda la información de tu empresa en la nube disponible a un solo click? Estas cosas hace 20 años atrás parecían una locura, pero hoy por hoy están pasando. La transformación digital es ese transitar, muchas veces temeroso, por donde las empresas se han encaminado para incorporar distintas herramientas digitales que van en pos de hacer más eficiente el quehacer laboral.
Durante el 2020 y debido a la pandemia, muchas empresas en el mundo se tuvieron que “lanzar a la piscina” de la transformación digital sin las herramientas necesarias para salir a flote, sin embargo, muchas de ellas pudieron sobrellevarlo bien.
Hay que aclarar que la transformación digital es mucho más que tener presencia en los buscadores de internet o manejar al revés y al derecho la modalidad de teletrabajo. Si bien, esa forma de trabajo trae consigo una serie de cambios digitales (nuevos canales de comunicación, nuevas herramientas de administración de trabajo diario, etc.) la transformación digital dependen de las herramientas tecnológicas que se tengan a disposición y de cómo se usan interna y externamente. Este avance digital se mide en niveles de madurez. Dentro de los niveles se encuentra el nivel analógico, el principiante digital, el intermedio digital, el avanzado digital y líder digital. En el caso de las empresas chilenas la mayoría se encuentra en un nivel “intermedio”, donde casi el 70% de ellas se encuentran en los niveles de principiante e intermedio.
El desafío entonces es grande, más aún cuando los expertos han expuesto que una empresa que no se digitaliza, está destinada a no tener éxito, por lo tanto, subirse al carro de la transformación digital es un asunto serio al cual las empresas deberían prestarle más atención.
Las empresas hoy en día deben transitar a la digitalización total y su necesidad la podemos ver en los siguientes aspectos:
Finalmente, una empresa perfecta no existe, aun con la mejor tecnología digital, pero lo que sí existe son empresas que ponen a su disposición las herramientas adecuadas para optimizar sus procesos y alcanzar los objetivos de forma eficiente.