Las competencias laborales de los colaboradores constituyen el principal activo de los recursos humanos de una organización. ¿Ya lo has leído no? Pero, ¿tienes claro lo que significa y cómo tomar medidas conforme a ese principio? En este artículo hemos hecho una breve investigación, recopilando y analizando fuentes confiables de información para sintetizar y traerte todo lo que necesitas saber sobre este importante tema. Después de esto, “te peinarás” con el tema en tus reuniones laborales.
Si lo que buscas es una definición académica sobre competencias laborales, creemos que la siguiente es bastante completa: “se concibe como el conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y aptitudes que desarrollan las personas para desempeñar una actividad laboral de calidad y conforme con las normas que aseguran un desempeño eficiente y de calidad en diferentes lugares de trabajo.” (Universidad de Chile, Depto de Psicología, 2012)
Aunque actualmente existen muchos autores que definen las competencias laborales con diferentes enfoques, pero en la práctica, una definición sencilla sería la siguiente: combinación de habilidades, conocimientos y actitudes que determinan el actuar de un colaborador dentro de una organización. En el contexto actual súper globalizado, profesionalizado y altamente competitivo, comprender cuales son las más importantes, aprender a identificarlas y gestionar los recursos humanos en base a ellas, es esencial para el éxito de las organizaciones.
Está claro, la pandemia ha golpeado a todas las empresas y organizaciones, y las ha forzado a adoptar nuevos métodos de trabajo y dinámicas laborales para adaptarse a esta nueva realidad. Así mismo, los colaboradores deben desarrollar y fortalecer nuevas competencias laborales para adaptarse a los nuevos requerimientos laborales. Estas son algunas de las competencias laborales que se están volviendo imprescindibles en todas las empresas. Como en una carrera de caballos, la mayoría de estas competencias ya estaban en carrera y venían a buen trote, pero ahora pasan a la delantera por una cabeza.
Este caballo siempre corre de favorito en toda organización. Saber comunicarse de manera efectiva para transmitir ideas, opiniones, argumentos o simplemente para hacer fluir el trabajo en equipo con el fin de avanzar a las metas. Nadie quiere estar en una reunión hablando solo. “¡¿Están ahí, me oyen?!”
Venía a paso firme desde atrás y ahora pasa a la delantera. Muchas veces esta competencia generaba cierto escepticismo, pero hoy, no requiere mayor explicación de su importancia. La capacidad de adaptarse a la transformación digital que están teniendo todas las empresas no permite quedarse atrás en este punto.
¿Cómo te has sentido con la pandemia? Es natural sentir miedo, ansiedad o incluso angustia, sobretodo en el contexto actual, a todos nos pasa. Por eso, saber entender, manejar y controlar las emociones nos permitirá adaptarnos a cualquier escenario sin perjudicar nuestro rendimiento y capacidad de relacionarnos laboralmente. I know that feel bro.
El jefe no puede estar todo el tiempo observando qué están haciendo sus colaboradores para asegurarse que haya productividad. En un ambiente altamente competitivo y dinámico, es fundamental que los trabajadores cuenten con la capacidad de automotivarse y buscar el desarrollo profesional constante para cumplir con las exigencias y responder al ritmo de trabajo.
El caballo ganador sabe adaptarse a cualquier terreno que le pongan. Con la rapidez del mundo actual, lo que hoy es regla, mañana estará obsoleto. Es importante mantenerse actualizado en los conocimientos y saber adaptarse a escenarios cambiantes y dinámicos que a veces pueden ser muy frustrantes. Esta sin duda ha sido y seguirá siendo la gran prueba para los profesionales del futuro. Y como dice el dicho “colaborador que se duerme se lo lleva la corriente”, o algo así.
Muchos estudios e investigaciones son claros, para llevar una organización al éxito, es imprescindible enfocarse en las competencias para gestionar los recursos humanos. “El Enfoque de Gestión por Competencias nace, para los nuevos tiempos, como una herramienta estratégica indispensable para enfrentar los desafíos que impone el medio actual. Implica impulsar a nivel de excelencia las competencias individuales de los trabajadores, de acuerdo con las necesidades operativas de la organización. Para esto es necesario garantizar el desarrollo y administración del potencial de las personas, de lo que saben hacer o podrían hacer.” (Universidad de Chile, Depto de Psicología, 2012).
Pero, ¿qué significa en la práctica? Primero, se debe partir por identificar las competencias en los colaboradores y la brecha que existe entre ellas y las necesidades de la organización según sus objetivos y metas. De esta forma se pueden implementar medidas para disminuir esta brecha y así lograr el mayor acercamiento posible entre “el puesto y su ocupante”. Analizar la organización con este enfoque entregará luces de qué hacer: Entrevistas e inducciones específicas, redistribución de puestos o, más importante, planes de entrenamiento y desarrollo de competencias. Más que una moda, se trata de “un vínculo entre el trabajo, la educación formal y la capacitación” (Organización Internacional del Trabajo, 2002).
El desarrollo de las competencias es uno de los temas que se encuentra hoy en el “punto de mira” de muchas organizaciones y, como hemos demostrado en este artículo, podemos afirmar que este interés está más que justificado. En definitiva, es precisamente el desarrollo la vía para convertir las competencias requeridas en un medio para proporcionar resultados óptimos para la empresa y reducir la rotación. “Formación y certificación basados en Competencias laborales, como uno de los pilares que facilitan a las organizaciones ser competitivas.” (Estudios gerenciales, Universidad ICESI, 2005).
Algo que es muy importante tener claro es que la formación y el desarrollo no son lo mismo. “La formación se centra en la transmisión de conocimientos sin que necesariamente haya un seguimiento para comprobar si estos conocimientos son puestos en práctica y si resultan eficaces. Por su parte, el desarrollo se centra en la mejora continua de los comportamientos y actitudes de la persona, particularizando en las competencias.” (Desarrollo de competencias, 2006).
Por tanto, la meta de los recursos humanos es implementar programas de capacitación efectivos, contextualizados y bien enfocados en desarrollar las competencias que la organización requiere. Estas competencias pueden estar presentes en algunos trabajadores como si fuera “natural” en ellos mientras que en otros parecieran estar completamente ausente. Lo importante, es tener claro el rol fundamental de la organización en el desarrollo de las competencias necesarias para el óptimo funcionamiento. “Finalmente, se destaca el importante rol que tiene la organización en la creación de condiciones favorables para que todo este proceso sea efectivo”. (LAS COMPETENCIAS LABORALES: ¿La estrategia laboral para la competitividad de las organizaciones? 2005).
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